Thursday, September 27, 2007

Chapman Vs Franco



El miedo a que la resignación nos humille nos hace incautos y partícipes de un romanticismo retrógrado y caduco. Desaparecer los últimos vestigios del franquismo no nos hace vencedores (¿vencedores de qué?), nos hace asesinos de los últimos vestigios del franquismo. No participo de la opinión que susurra que hacer eso es hacerle un flaco favor a la memoria histórica (decir eso es obviar que el hecho de que el retiro de las últimas imágenes franquistas no sea una anécdota insípida efectivamente da importancia al contexto histórico en que éstas surgieron); pero tampoco participo de la que grita que hacer eso es obtener una victoria. En cambio, participo de otras dos opiniones más simples y menos comprometidas con un linaje ideológico obligatorio: Se deben retirar las odas al franquismo por ser de mal gusto, decadentes, insultantes, y descontextualizadas; No representa ninguna victoria retirar estas imágenes, es parte natural del proceso orgánico de desfranquización que se vive desde la muerte del dictador en 1975.

Al asesino de John Lennon le están sacando una película. Una suerte de biografía. Un grupo de seguidores de Lennon están promoviendo un boicot a la productora para que la película no salga al aire. ¿La razón? El asesino del héroe no debe obtener la fama que buscó al asesinarlo. ¿Cómo que “no debe”? Otorgar connotaciones de merecimiento ético a lo que es simplemente un hecho estadístico es una arbitrariedad sin pies ni cabeza. No es que “no debe”, es que el tipo es famoso porque lo hizo, porque mató a Lennon. “Es” famoso; no “debe” ni “no debe”, es que “es”. Se puede, en efecto, discutir si “debería” serlo, pero no tiene sentido dictaminar que “no debe” e intentar prohibir que lo sea. Es un atentado contra la realidad. Es jugar al desquiciamiento colectivo. ¿Cómo que no es famoso? ¡Claro que lo es! ¡Mató a Lennon! Para que no lo sea, tendríamos todos que olvidarnos de que lo es. Menos mal que los boicoteadores no detectan nuestro thought-crime.

“Franco no debe ser famoso porque fue un dictador. Nadie nunca debería haber hecho ningún registro artístico, incluso alguna película que nombrara al tirano”. ¿No es lo que quieren? Ni Franco ni Chapman existieron ¿O es que Franco sí “debe” obtener fama porque era taaaaaan malo que destruyó los límites del biombo ético que obstruye la visión periférica de miles de gilipollas?

Serían mucho más simpáticos si dijeran que, en el caso del asesinato de Lennon, no les da la gana de que se acuerden de Mark David Chapman, porque es una cuestión personal, ¡y que les importa un carajo la ética del asunto!

1 comment:

Quien entra ¡vuelve! said...

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